CULTIVOS A PRUEBA DEL SOL: MODIFICACIÓN GENÉTICA PARA ENFRENTAR EL CALOR EXTREMO.

Por : Comunicacion Eventos

El cambio climático está llevando las temperaturas a niveles críticos en cultivos clave como el maíz y el trigo. Ante este desafío, la ciencia avanza apalancada en la biotecnología y la genética para desarrollar variedades capaces de resistir el calor extremo y proteger la seguridad alimentaria mundial.

Investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han conseguido avances impresionantes: mediante cruzamientos con relatives silvestres, han creado trigo con ADN exótico capaz de aumentar hasta en un 50 % el rendimiento bajo estrés térmico, sin sacrificar producción en condiciones normales. Ensayos en México demostraron que estas variedades exóticas reducen la temperatura del dosel en cerca de 2 °C, gracias a la introducción de loci genéticos específicos de Aegilops tauschii.

En maíz, CIMMYT y sus socios en Asia meridional han lanzado veinte híbridos tolerantes al calor entre 2017 y 2022, ya plantados en más de 50 000 ha, usando herramientas como fenotipado de precisión y breeding acelerado («speed‑breeding»). Además, se han liberado más de 22 híbridos adaptados al calor en zonas tropicales como India y Nepal, con casos de hasta 100 000 ha cultivadas en 2023.

Otro enfoque reciente involucra la edición genética (CRISPR) para introducir tolerancia al calor y sequía en cultivos. Por ejemplo, modificar genes responsables de la síntesis de fitohormonas en maíz —como ZmGA20ox3— ha mejorado su arquitectura y resistencia al estrés hídrico. Técnicas similares aplicadas a cereales como trigo y arroz están enfocadas en integrar rasgos como “stay‑green” o regulación estomatal que mejoran la eficiencia del agua.

La problemática es urgente: la radiación solar excesiva y las olas de calor están perjudicando más a los cultivos de maíz (C4) que al trigo (C3). Estudios proyectan caídas de hasta un 24 % en la productividad del maíz para finales de siglo, mientras que el rendimiento del trigo podría incluso subir ligeramente debido a aumento de CO₂, aunque con riesgo mayor por temperaturas extremas.

En el caso del trigo transgénico, la variedad HB4 —desarrollada en Argentina— incorpora un gen de girasol que retrasa la senescencia bajo sequía. Está autorizada en países como Argentina, Brasil, EE. UU., Australia y Colombia, y representa un avance en la integración de tolerancia climática vía biotecnología .

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