
Estados Unidos enfrenta una creciente vulnerabilidad debido a la dependencia crítica del samario, un elemento cerio-terros rareo, clave para imanes resistentes al calor utilizados en misiles, aviones de combate y sistemas de defensa avanzada. China controla la mayor parte de la cadena de suministro —desde la extracción hasta el refinamiento— y ha implementado restricciones recientes que podrían paralizar la capacidad militar estadounidense.
El samario es fundamental en la fabricación de imanes de alta temperatura (aleaciones SmCo) utilizados en sistemas de guía de misiles, turbocompresores de jets como el F‑35, hélices de drones, radares y actuadores críticos. También se emplea en sectores civiles como la energía renovable, pero su relevancia para la Defensa es prioritaria. China produce alrededor del 90 % de los óxidos de tierras raras y refina más del 85‑90 % del suministro global, incluyendo samario . En abril 2025, Pekín impuso licencias y controles estrictos a siete elementos estratégicos, entre ellos el samario, en respuesta a aranceles estadounidenses. Esta medida es calificada por analistas como un “arma geopolítica deliberada”.
Respuesta y alternativas
El propio Pentágono ha iniciado rescates de manufactura doméstica: el Departamento de Energía y el Congreso aprobaron inversiones para expandir infraestructura de procesamiento, incluyendo plantas como la de MP Materials en Mountain Pass (California) y nuevas instalaciones en Louisiana y Texas.
Proyectos como NioCorp (Nebraska), Ucore (Canadá) y propuestas en Australia e India buscan diversificar los suministros.
Implicaciones a corto y largo plazo
- Corto plazo: retrasos en producción de misiles, autonomía reducida en aeronaves como el F‑35 y posibles cuellos de botella en la renovación de misiles Tomahawk y bombas inteligentes.
- Largo plazo: reindustrialización limitada sin cadena de suministro independiente, y la urgencia de diversificación e inversiones estratégicas .
La crisis de samario expone a EE.UU. y sus aliados occidentales a una dependencia estratégica de China, cuyas restricciones podrían detener la producción y mantenimiento de equipo militar clave. Si bien se han movilizado recursos para impulsar capacidades propias, aún existen brechas significativas. Fortalecer rápidamente las fuentes nacionales, reciclaje y socios confiables será vital para mitigar riesgos y asegurar la superioridad tecnológica.
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