Entendida como la capacidad de gestionar una organización tomando en cuenta diversos factores y valiéndose del conocimiento de múltiples áreas de la administración, la alta dirección se vale del liderazgo para comunicar ideas con efectividad, persuadir al equipo para la realización de los objetivos, generando en él la conciencia de estar haciendo lo correcto.
¿Qué es la alta dirección en una empresa?
La alta dirección se refiere a la profesionalización de la gestión de las organizaciones para desempeñar exitosamente funciones directivas valiéndose de un razonamiento lógico y fundamentado para la toma de decisiones de alto impacto en la organización. Se compone de aptitudes de liderazgo, la integración de conocimientos y habilidades para el logro de objetivos empresariales e institucionales.
¿Por qué estudiar un doctorado en alta dirección?
En un mundo empresarial en constante cambio y transformación, la alta dirección requiere líderes preparados y formados integralmente en múltiples disciplinas, con una visión global que enriquezca a la empresa y la fortalezca.
Un doctorado en alta dirección provee al alumno de una formación general en aspectos cruciales para ejercer el liderazgo estratégico de una empresa o institución de manera exitosa, adaptada a las tendencias actuales y al futuro del mercado.
Aspectos como la gestión de equipos, la comunicación, la resolución de conflictos, los recursos humanos, finanzas, marketing, innovación, producción y procesos, entre muchos otros, son abordados en el aprendizaje de alta dirección para obtener una visión global del negocio.
Mejorar y ampliar mi formación académica y laboral
Aunque a veces el estar inserto en la vida laboral o enfocado en otras actividades no permite valorar la importancia de la evaluación de las oportunidades académicas, es preponderante apreciar las ventajas de continuar con el aprendizaje.
Después del grado universitario, ya se tiene un mejor conocimiento de las habilidades y puntos a mejorar. Además de los intereses en concreto, lo cual es de importancia a la hora de identificar la formación académica con la cual continuar preparándose.
Un profesional especializado posee grandes ventajas para el mercado laboral, sin dejar de lado el sentimiento de autorrealización y éxito personal al afrontar el reto académico que conduce a nuevas metas profesionales.
Adquirir una visión global de los negocios
Una empresa exitosa no se ciñe a un sólo modelo o a un único estilo con el cual conducirse, pues cuenta con una amplitud de perspectivas que propicia que la empresa se maneje como un conjunto integral y sea percibida por los colaboradores como una unidad que involucra a toda la organización.
Entre las responsabilidades de la alta dirección que deben afrontar los líderes se encuentra la de conseguir que los empleados y colaboradores tengan una visión conjunta de la empresa y conozcan bien cuál es su responsabilidad y su papel en el engranaje para mejorar la eficiencia lograr alcanzar los objetivos de la compañía.
Adquirir un mejor ingreso económico
Con el aprendizaje y las aptitudes obtenidas en un doctorado de este tipo, el egresado será susceptible de recibir ofertas de trabajo especializadas y mejor calificadas, y por ende, con una mayor remuneración económica. Podrá acceder a ser considerado para puestos que requieren un nivel de especificidad mayor y acorde al enfoque laboral del egresado, obteniendo mejores aportaciones a su desempeño.
Competencias principales para la Alta dirección
El liderazgo para inspirar e influir en un equipo de trabajo es altamente valorado en la alta dirección, gracias a él los colaboradores encontrarán sentido de pertenencia a la organización y el bienestar de sentirse conducidos a buen puerto.
La capacidad de motivar al equipo e incidir en el entorno es otro punto importante, pues una plantilla laboral trabajando con dinamismo en conjunto propicia el logro de objetivos y el éxito en la consecución de metas en la organización.
Una toma de decisiones informada que tome en cuenta distintos factores también es ideal para la alta dirección, y deberá valerse de escenarios reales, visión a largo plazo y cómo incide en la cultura empresarial.
Conocimiento de la empresa
Un líder de alta dirección posee una visión amplia de negocios para mirar a la organización desde una perspectiva global y genérica, no únicamente validada en conocer todos los departamentos de la empresa, sino en identificar las oportunidades de negocio para fortalecerla e impulsar su crecimiento.
Uno de los méritos de la alta dirección reside en conocer tan bien la visión de la organización, sus procesos internos y cómo está constituida, que esto se ve traducido en su capacidad de crear una cultura empresarial generando un gran impacto en las organizaciones e imprimiendo estilos y habilidades propios de su identidad, abonando a la idea de la empresa como un conjunto global en el que todos los elementos poseen la misma importancia.
Comunicación y liderazgo
Dado que el liderazgo es un proceso social que implica una relación bilateral con otros, interacción que persigue valerse de la persuasión para afectar o modificar intencionalmente los pensamientos y las conductas de los colaboradores, un líder de alta dirección se vale de la comunicación para este fin.
Los líderes más eficaces son los que propician una relación comunicacional con sus colaboradores, manejando los mismos códigos y propiciando una retroalimentación constante.
La alta dirección sabe manejar las emociones porque comprenden que la eficacia de su mensaje no únicamente reside en lo que dicen sino cómo lo dicen, siendo desde esta perspectiva, la labor del líder es la de emisor y receptor de mensajes claros que canalicen las emociones del equipo en una dirección positiva y beneficiosa para la organización.
Motivación
Un líder de alta dirección conoce la importancia de mantener alta la motivación de los colaboradores, por ello busca siempre desarrollar equipos con iniciativa y dinamismo, comprometidos en conseguir los resultados dando lo mejor de sí para la consecución de los objetivos de la empresa.
Los líderes de estos equipos tienen un papel principal en la motivación, dependiendo directamente de su estilo de liderazgo, así propician que los empleados cooperen entre ellos y busquen lograr los mejores resultados al sentir que merece la pena hacer el esfuerzo para obtener el éxito deseado.
Un equipo bien motivado recibe confianza, apoyo y valoración de esta área, lo cual desarrolla un ambiente idóneo para promover las mejores prácticas que se reflejan en la alta productividad.
Comunicación efectiva
Se trata de una habilidad susceptible a ser entrenada en pro de los propósitos individuales y de la organización. La alta dirección se vale de ella para enfocar al equipo a objetivos específicos, impulsar la moral de los colaboradores al hacerlos saber que todos trabajan en la misma línea, y fomentar la resolución de conflictos evitando los malos entendidos y posibles rupturas en la comunicación.
La falta de una comunicación efectiva conduce a conflictos internos, desmotivación, bajo rendimiento y a un clima laboral negativo, por lo que contar con ella es un requerimiento esencial en la alta dirección.
Se vale de una estrategia donde se define el mensaje a comunicar, siendo éste claro para facilitar su comprensión y conseguir el objetivo propuesto. Se evita divagar con frases o palabras que dificulten que el mensaje sea efectivamente descifrado y desvíen la atención del equipo.
Visión
Tener un conocimiento general e integral de la industria en la que está inserta la empresa se traduce como la visión ideal para la Alta dirección. Conocer qué está sucediendo al interior y exterior de la organización la beneficia para diseñar objetivos procesables y alcanzables de acuerdo a las características propias y tomando en cuenta las del entorno empresarial.
Trabajo en equipo
Un profesional de esta área conoce la importancia de unir las fortalezas y trabajar en las debilidades de cada elemento del equipo, creando una sinergia grupal que favorezca la consecución de objetivos.
Funciones que desarrolla la alta dirección
Trata asuntos referentes a la empresa y todos los departamentos involucrados en ella. La alta dirección establece políticas, estrategias y objetivos orientados a la puesta en práctica de la gestión corporativa.
Articula la visión de la empresa y sus colaboradores empatándola con la de diferentes entes externos con los que se vincula, como proveedores o clientes. Aunado a ello, analiza aspectos como el capital económico, humano y material, y la infraestructura tecnológica para poner en práctica las estrategias necesarias y determinar la mejor manera de disponer de los recursos.
Establece los principios operativos, administra las operaciones comerciales desde un enfoque integral y suministra los recursos requeridos para el correcto funcionamiento de la empresa, entre otras labores.
Organización
Generalmente la alta dirección de una compañía se integra por los empleados con los cargos más altos, como lo son el Presidente, quien habitualmente es el propietario o socio mayoritario, el Vicepresidente, el Gerente General y los gerentes o directores de los diferentes departamentos de la empresa.
Planificación
La tarea de la alta dirección incluye la observancia del modo con que su organización reacciona frente al entorno con el fin de lograr la consecución de los objetivos y el alcance de las metas empresariales. De esta manera se logra establecer una planificación que contemple la fijación de objetivos, la estrategia a seguir y sus fines, y el desarrollo de una filosofía de la empresa y de políticas propias y sus normas.
Gracias a la planificación en esta área es posible dar forma a la gestión de cualquier empresa, generando también establecimientos de planes operativos y los estímulos de los empleados, además de proyecciones a futuro que contemplen el entorno empresarial.
Liderazgo
Es fundamental para una gestión idónea y garantiza el logro de los objetivos al mantener a los colaboradores motivados, guiados y sintiéndose parte esencial del equipo empresarial. La alta dirección conoce su importancia pues debe ser parte activa con la intención de establecer una cultura de calidad, sinergia y trabajo en conjunto con el equipo en beneficio de la organización.
Asignación y coordinación de recursos
Para gestionar los proyectos de la organización, la alta dirección se vale de la experiencia, los cálculos y la estadística para asignar recursos a cada componente de la organización, con la intención de fluir de la mejor manera en el proyecto.
Antes de definir qué recursos serán asignados, evalúa aspectos como la disponibilidad, el costo, la capacitación profesional y la calidad de los materiales necesarios a emplear.
Una asignación de recursos efectiva propicia que el proceso de la empresa sea más organizado, equilibrado y controlado, y busca respetar los presupuestos, calendarización, plazos y la definición de objetivos.
Promover las buenas relaciones laborales dentro de la empresa
La alta dirección debe promover las buenas relaciones entre el capital humano de la empresa, pues éstas son un factor importante para alcanzar el éxito no sólo a nivel interno, sino, en consecuencia, en la industria, al favorecer un trabajo en equipo que logre los objetivos definidos.
Así mismo, debe contar con líderes que tengan las aptitudes y el dinamismo para gestionar el talento de los colaboradores, sus normas, principios y técnicas para que las personas entablen mejores relaciones entre sí.
Esto beneficia al buen entendimiento entre los equipos de trabajo considerando las características individuales y generando relaciones satisfactorias que propicien un ambiente armonioso de trabajo en beneficio de la organización.
Para fortalecer tu sentido de liderazgo te invitamos a que conozcas talleres de liderazgo que pueden ayudarte de mucho en la alta dirección.